Adenitis (= adenolinfitis) mesentérica

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  Autor(es) : Dr Shanan Khairi
  Última edición el : 22/09/2024

La adenitis mesentérica, o adenolinfitis mesentérica, es una inflamación de los ganglios linfáticos mesentéricos. Su curso suele ser de agudo a subagudo, y excepcionalmente crónico.

Es frecuente, incluso banal, y es típica de niños (en los que es uno de los principales motivos de ingreso en los servicios de urgencias por dolor abdominal, y una de las principales causas de confusión con la apendicitis) y adultos jóvenes. Su etiología suele ser vírica (en más del 80% de los casos - virus de Epstein-Barr [VEB], etc.), más raramente bacteriana (yersinia, tuberculosis mesentérica, etc.) o parasitaria (toxoplasmosis, lambliasis, etc.) y excepcionalmente relacionada con un tumor o una patología inflamatoria crónica no infecciosa.

La adenitis mesentérica suele resolverse espontáneamente y, en la gran mayoría de los casos, sólo requiere un tratamiento sintomático. Debido a su frecuencia y a pesar de su carácter generalmente "benigno", todos los médicos generalistas, pediatras, internistas y médicos de urgencias deben conocer esta afección para evitar investigaciones complementarias innecesarias y potencialmente perjudiciales.

Cabe señalar que, según las series publicadas, entre el 10 y el 20% de los pacientes sometidos a cirugía exploratoria por sospecha de apendicitis aguda ven corregido su diagnóstico a adenitis mesentérica sobre la base de hallazgos macroscópicos o patológicos intraoperatorios.

Clínica

Adenitis mesentérica - síntomas clínicos
Adenitis mesentérica - síntomas clínicos

La presentación clínica estereotipada consiste en una combinación de :

  • Dolor abdominal difuso o dolor en la fosa ilíaca +- vómitos y trastornos del tránsito. El cuadro clínico suele ser similar al de una gastroenteritis (dolor abdominal difuso - vómitos - diarrea), pero puede simular una apendicitis o una diverticulitis (localización en la fosa ilíaca, presencia de signos de irritación peritoneal, etc.).
  • La fiebre baja es frecuente.
  • Una infección de las vías respiratorias altas, la presencia de adenopatías cervicales o un síndrome gripal apuntan al diagnóstico y a una etiología viral.

Si la etiología es vírica, el dolor suele desaparecer en unas horas o unos días. Si el dolor persiste, se deteriora el estado general o empeora rápidamente, debe descartarse un origen bacteriano, una complicación (invaginación intestinal aguda en niños) o un diagnóstico diferencial (otras causas de dolor abdominal agudo y causas ginecológicas), También debe inspeccionarse la bursa en niños y adultos jóvenes, ya que la torsión testicular frustrada puede comenzar con dolor abdominal bajo), y debe considerarse la posibilidad de angina o neumonía si hay fiebre (que con frecuencia comienza con dolor abdominal en niños).

Los signos peritoneales son posibles, pero siempre deben descartar una urgencia quirúrgica.

Diagnóstico diferencial

El diagnóstico diferencial de la adenitis mesentérica (sub)aguda es el del dolor abdominal agudo, que debe modularse en función de la presentación clínica. Los principales diagnósticos de confusión son la apendicitis y la diverticulitis.

En los raros casos de adenitis mesentérica crónica, deben discutirse ciertas etiologías infecciosas (tuberculosis, parásitos, VIH, etc.), tumorales o inflamatorias (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, fiebres periódicas hereditarias, enfermedades granulomatosas, etc.), en función del contexto clínico.

Exámenes complementarios

Ecografía abdominal de una paciente de 10 años que presenta dolor electivo en la fosa ilíaca derecha. En esta región se observa una estructura ovalada con un eje de 1,5 cm de longitud, sensible bajo la sonda. Como el apéndice (que no aparece en el vídeo) era normal, se diagnosticó adenitis mesentérica.

No son necesarias más investigaciones si no hay signos de gravedad o si existen dudas sobre la patología quirúrgica (factores tranquilizadores: niño o adulto joven, ausencia de signos peritoneales, mejoría en tres días, estado general conservado, ausencia de vómitos sanguinolentos o diarrea sanguinolenta, ausencia de dolor localizado a la palpación, etc.).

En los demás casos, deben considerarse las pruebas siguientes:

  • Biología :
    • Síndrome inflamatorio variable según la etiología.
    • Cualquier signo de gravedad biológica (signos de deshidratación, trastornos iónicos, insuficiencia renal, etc.)
  • Hemocultivos
    • En caso de sepsis o si se considera necesario un antibiótico
  • Prueba de orina y examen microscópico de orina (UME)
    • En caso de duda clínica sobre un cólico nefrítico o una infección urinaria.
    • Posible prueba de embarazo y dictamen ginecológico
  • Ecografía abdominal o TC:
    • Confirma la presencia de adenopatías mesentéricas supracentéricas (o agrupaciones de al menos 3 adenopatías con un eje longitudinal de más de 5 mm), puede mostrar engrosamiento de la pared pequeña o colónica opuesta, estima la gravedad y las posibles complicaciones y ayuda a descartar diagnósticos diferenciales quirúrgicos (el apéndice debe ser normal).
  • Excepcionalmente, en función de la presentación clínica y del diagnóstico diferencial: coprocultivos, endoscopia, etc.
TC abdominal - Adenitis mesentérica en el contexto de una ileítis distal por Yersinia
TC abdominal - Adenitis mesentérica en el contexto de una ileítis distal por Yersinia

Manejo terapéutico - Tratamientos

En caso de síntomas clínicos típicos sin evidencia de etiología bacteriana:

  • Tratamiento sintomático únicamente, similar al tratamiento de la gastroenteritis vírica: paracetamol + antiinflamatorios no esteroideos. Medidas generales (dieta gastro, buena hidratación). Ningún otro tratamiento ha demostrado ser eficaz.
    • Por regla general, los antieméticos y antidiarreicos rara vez son útiles en los adultos y deben evitarse en los niños (la relación beneficio-riesgo suele ser desfavorable). Debe darse prioridad a la rehidratación oral.
    • En lactantes con riesgo de deshidratación o en niños pequeños, ancianos y pacientes de riesgo que presenten signos de deshidratación leve a moderada, deben utilizarse soluciones de rehidratación oral de acuerdo con las recomendaciones de la OMS.
    • Considerar la hospitalización breve en caso de signos clínicos de deshidratación grave para rehidratación intravenosa, especialmente en lactantes y ancianos no institucionalizados.
  • Si es necesario, tranquilizar a los padres -que a menudo están muy preocupados y tienen dificultades para comprender la actitud de los médicos, que los consideran negligentes ante la intensidad del dolor de su hijo- y explicarles cuándo deben buscar tratamiento de urgencia. Prescribir una consulta de seguimiento con el médico de cabecera al cabo de 72 horas.

En los demás casos:

  • La imagen radiológica sólo debe realizarse como medida de urgencia si existen dudas razonables sobre el diagnóstico o si hay riesgo de complicaciones. En caso de examen no concluyente: seguimiento clínico-biológico y ecografía o TC al cabo de 24 horas. Si se produce un deterioro clínico en este plazo, o si los exámenes de seguimiento siguen sin ser concluyentes, discutir la necesidad de cirugía exploratoria y/o antibioterapia empírica.
  • Una vez confirmado el diagnóstico, sólo se justifica la realización de nuevas investigaciones (si no se han realizado ya) y la terapia antibiótica empírica (++ fluoroquinolonas o ciclinas) si se sospecha una etiología bacteriana (evidencia de deterioro del estado general, PCR elevada, ausencia de mejoría clínica durante más de unos días, empeoramiento rápido del estado).

Bibliografía

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NB: este artículo, cuya primera versión fue escrita en 2014, fue, sin ser referenciado, ampliamente bombeado por el sitio Ooreka y luego por otros, copiándonos o unos a otros, por los sitios passeportsanté y santésurlenet. Es un plagio, y es totalmente inapropiado, incluso para los sitios puramente comerciales.